Agilidad del Estado lleva a que pago a proveedores pymes se reduzca a 47 días

Plazo promedio representa una caída de 13 días respecto del período inmediatamente anterior. Así, se dejan tres trimestres consecutivos de pago a las pequeñas empresas sobre los 60 días.

Desde octubre del año pasado, las pequeñas y medianas empresas se han visto enfrentadas a una multiplicidad de problemas. Uno de estos ha sido el plazo con que se cancelan sus facturas por prestaciones de bienes o servicios.

No obstante, tras tres trimestres seguidos con plazos de pagos sobre los 60 días, durante el período julio-septiembre, la fecha de cancelación de facturas fue de 47 días. Esto representa una caída de 13 días al compararlo con el trimestre inmediatamente anterior. El registro es además el más bajo para el pago promedio de las pymes desde fines del 2016. ‘Es la caída más fuerte, medido contra el trimestre anterior, pero no sabemos si aún existe una tendencia hasta ver los próximos períodos’, anticipa Christopher Bosler, gerente general de la Bolsa de Productos.

El ejecutivo explica que para un mismo grupo de empresas y prácticamente todos los sectores, los plazos de pago bajaron de forma relevante versus el trimestre pasado, mostrando las entidades del Estado una mayor caída.

Bosler afirma que la principal explicación para la reducción de los plazos del Estado es el efecto positivo de la medida de inyección de liquidez del Gobierno por su nuevo procedimiento de pago centralizado vía la Tesorería General de la República, que habría comenzado a operar desde mayo, buscando además cumplir con las exigencias de la ley de pago a 30 días. ‘Por lo anterior, esta medida es permanente e influiría en los próximos índices. En cuanto al sector privado, por su dispersión, es difícil pronosticar si la disminución continuará’, analiza.

Según explica el ejecutivo, el sector Salud (mayormente estatal) y organismos del Estado mostraron una reducción de plazos de pago muy relevante. ‘Estamos hablando de aproximadamente 30 días de recorte en los plazos en este sector’, explica Bosler.

Para Alejandra Mustakis, presidenta de la Asech, la disminución de los plazos de pago para pymes demuestra que queda mucho trabajo por delante, pero es claramente una señal de que se está en la dirección correcta. ‘Hoy, mientras las pymes se encuentran en el segundo tiempo del esfuerzo por la reactivación, es vital que el ecosistema dé el ejemplo y sea responsable con los compromisos de pago’, señala la dirigente gremial.

Mustakis, además, valora que en este registro se haya realizado una corrección en los plazos de pago luego del alza que se dio junto con el estallido social. ‘Demuestra un compromiso con estabilizar la economía a nivel nacional’, subraya.

Con todo, durante este período el plazo de pago efectivo de las facturas fue de 48 días en el tercer trimestre de 2020, medido como la diferencia entre la fecha de emisión y pago real de la factura. Así, para las pymes fue 47 días y en las grandes empresas fue 51 días.

Efecto de la recuperación hacia futuro
Durante este cuarto trimestre que acaba de comenzar, se espera que comience un proceso paulatino de recuperación de la economía, tras varios meses con Imacec negativos. Bosler explica que si existiese un alza importante y rápida en la actividad, esto normalmente redundaría en un alargue temporal de los plazos de pago por un aumento en las necesidades de capital de trabajo. ‘Es complicado hacer pronósticos en la situación actual, porque los plazos de pago están influenciados por muchos factores, como crecimiento, ayuda estatal, efecto ley y comportamiento en las políticas de crédito de los bancos, entre otros’, señala.

Agrega que en esta etapa será clave el apoyo del sector financiero para ‘aceitar’ la cadena de pagos y evitar alzas muy bruscas en los plazos de las facturas.