Por ello están plenamente abiertos al dialogo, dicen. En entrevista con Diario El Día, el gerente general de CMP, Francisco Carvajal, entrega su visión al respecto, además de aclarar algunos puntos importantes en torno al mercado del hierro y qué lo diferencia, por ejemplo, de la industria cuprífera, rubro cuyos valores han sido tomados como referencia al momento de elaborar el proyecto de royalty.
-¿Cuál es la visión de CMP respecto al proyecto de royalty minero que hoy se discute en el Congreso? ‘Como CMP tenemos una visión clara respecto del proyecto de royalty minero. Por historia y vocación, compartimos plenamente un punto central del debate que ha generado esta iniciativa, en cuanto a que los aportes de la minería deben quedar en las regiones donde están las faenas productivas y sus instalaciones.
Queremos contribuir al debate y entregar esta visión dentro de un proyecto que surge del legítimo interés de conseguir mayores aportes para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia y también de las demandas sociales expresadas en estos dos años. Estamos completamente disponibles para buscar acuerdos y soluciones que permitan mayores recaudaciones, desarrollo económico y social en beneficio de todo el país, especialmente de regiones como Coquimbo y Atacama’.
-En el debate por el proyecto se ha hablado de los perjuicios que ello puede significar para la industria del cobre. No obstante, este proyecto ¿afectaría de igual manera a la producción de hierro? ‘La industria del hierro tiene características muy distintas a la del cobre y nuestro interés es presentar no sólo un punto de vista, sino que también entregar, con total transparencia, todos los datos, cifras y resultados que contribuyan a objetivar el mercado del hierro, del cual, CMP, una empresa chilena, es su principal productor, con más de 70 años de historia, gran parte de ella en la Región de Coquimbo. Como la industria del hierro es distinta, es razonable que se nos evalúe con otra vara, que considere que Chile concentra menos del 0,6% de la producción y comercialización de hierro a nivel mundial.
Esta diferencia se refleja también en los precios en que se transan nuestros metales: mientras una tonelada métrica seca de hierro tiene un valor de 180 dólares, una tonelada métrica de cátodos grado A de cobre tiene un valor por sobre los 9.000 dólares’. -¿Y eso los hace funcionar de otra manera?
‘Sí y con una diferencia bien importante, porque aportamos valor agregado al hierro, a través de la integración y encadenamiento minero, que va desde la extracción del mineral en el norte del país, la producción de acero en el sur a través del complejo siderúrgico Huachipato y el posterior aprovisionamiento de servicios a todo Chile. Nuestro grupo extrae el hierro en las regiones de Coquimbo y Atacama, lo convierte en acero en Biobío y elabora productos altamente sofisticados a través de su empresa CINTAC. Es una cadena virtuosa que no se ve en otros minerales y que se constituye con puras empresas chilenas. Y es una cadena en la que participan miles de personas, contratistas, pymes, servicios y comercio. Hacemos una minería diferente que materializamos en cada faena, en cada uno de nuestros procesos, porque queremos que esa energía no sólo nos tenga a nosotros internamente conectados y alineados, sino que también trabajando para crecer de manera sostenible con todo nuestro entorno’.
-¿Qué mirada o contrapuesta se plantea desde CMP a la iniciativa que hoy se discute en el Parlamento? ‘Creemos que la tramitación en el Senado es una oportunidad para enriquecer y mejorar el proyecto de royalty. Entendemos que, en la aprobación en la Cámara, se incorporó al final la extensión a sustancias concesibles, por tanto, todo el análisis se realizó en base al cobre y litio. Considerando que el proyecto aprobado en la Cámara de Diputados tomó como referencia sólo el valor del cobre para su elaboración, es importante destacar que la industria del hierro tiene un modelo de negocios muy diferente a la del cobre, esto porque los fundamentos del hierro son en base a minería, volumen y logística, encadenando en el caso de CAP los siguientes procesos de agregación de valor hasta el producto final y sustentado en precios de mercado muy inferiores a los de otros minerales. Todo lo anterior, entendemos, requiere un tratamiento en la iniciativa parlamentaria acorde a estas diferencias’.
– Uno de los puntos que propone el proyecto de royalty es que parte de los recursos se queden en las zonas de producción minera para financiar distintos proyectos en beneficio de éstas. En ese sentido, ¿cómo ven en CMP esta idea? ¿Cuál es el aporte que hoy hace la empresa en ese sentido? ‘La minería del hierro es chilena. Todo queda acá. Nuestra gente vive en los mismos lugares donde están nuestras faenas e instalaciones: Coquimbo, La Serena, La Higuera, Vallenar, Huasco, Caldera, Copiapó y Tierra Amarilla. Somos de las regiones de Atacama y Coquimbo. El 98% de nuestros ejecutivos, trabajadores y colaboradores vive en el Norte Chico de Chile. Somos vecinos de verdad, formamos parte de las comunidades, lideramos cadenas de valor profundas y de enorme arraigo en cada zona, incluyendo a proveedores pymes que damos preferencia en vez de comprar todo de manera centralizada. De hecho, nuestro programa de compras locales significa 250 millones de dólares que quedan anualmente en las regiones de Atacama y Coquimbo.
En 2020, CMP obtuvo el reconocimiento como la mejor empresa pagadora, en un ranking hecho por la Bolsa de Productos y la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH) y que incluía a todo tipo de empresas. La base de este reconocimiento es el plazo de pago que es el menor a nivel nacional’. -Teniendo en cuenta las crecientes demandas sociales ¿Cuál es el papel que le correspondería hoy a la minería en este nuevo escenario? ‘El papel de la minería en un contexto de crecientes demandas sociales es jugar un rol que acompañe este desarrollo desde la conexión de sus procesos centrales con su territorio, de manera sustentable.
Es decir, aportar a las comunidades cercanas en su crecimiento, entendido esto de manera integral, como por ejemplo educación, empleo local, servicios, cuidado ambiental, diversidad, inclusión, etc. La minería diferente que queremos alcanzar como CMP se sustenta en materializar el potencial de las personas y las capacidades existentes en los territorios. Estamos convencidos de que ese es el camino para proyectar juntos un desarrollo sostenible.
En CMP iniciamos este camino hace décadas, siendo pioneros en desalinización y uso de energías renovables, entre otros ejemplos, todo con un uso intensivo de servicios locales e insertos en la vida cotidiana de las comunidades que nos rodean, y, aunque aún nos queda mucho por ajustar y mejorar, seguiremos en la senda de esta nueva minería verde’.
-Finalmente, ¿cómo observan desde CMP el proceso constituyente que está por iniciarse en relación a la actividad minera? ‘Los procesos democráticos que lleva adelante el país y emanados de mecanismos formales de nuestras instituciones, son muy buenas oportunidades para ir construyendo un mundo y un país mejor para todos y todas. Hoy estamos con la mirada puesta en el futuro, un futuro mejor para los territorios, sus capacidades y su gente, un futuro de más desarrollo para nuestra empresa y sus comunidades, un futuro que nos permite construir una minería diferente, un futuro que nos permitirá aprovechar todo el potencial de crecimiento que tiene CMP y su territorio’.
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